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TEMAS DEL MES DE JUNIO

5 DE JUNIO: Distintas formas de participación de las y los jóvenes en política
Invitados:

José Julián Llaguno, estudiante y miembro del equipo de producción de “La Libertad”

Julián Ruiz, miembro de un colectivo que está trabajando en la construcción de un proceso comunitario.

Un o una representante de MAIZ

Un o una estudiante de secundaria

12 DE JUNIO: La lucha por el agua en Sardinal
Programa especial grabado desde la comunidad

19 DE JUNIO: La problemática de la explotación minera en Centroamérica y el caso de la zona norte de Costa Rica.
Invitados:

(Honduras) Juan Armendáriz, Movimiento Madre Tierra y Alianza Cívica. Ha sido rector de la Universidad Autónoma de Honduras.

(Panamá) Lina Vega, Centro de Incidencia Ambiental

(Guatemala) Eloyda Meguía, Asociación Amigos del Lago Isabal.

(El Salvador) Francisco Pineda, Comité Ambiental Cabañas y Mesa Frente a la Minería de El Salvador

(Nicaragua) Antonio Ruíz, Director Ejecutivo de la Fundación el Río

(México) Mario Patrón, Organización de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de México.

26 DE JUNIO: El impacto ambiental, económico y social del cultivo de piña en Costa Rica.
Invitados:

jueves, 29 de mayo de 2008

RETRATO DE LA FAMILIA: BOLIVIA



Dueños de vidas y haciendas, cerca de 100 poderosos clanes familiares, que además controlan la agroindustria, el comercio exterior, la banca y los grandes medios de comunicación, dirigen desde el oriente y los valles de Bolivia la rebelión oligárquica contra el presidente indígena Evo Morales.

Los clanes familiares ya se han apoderado de las tierras más fértiles de Bolivia y han levantando gigantescos latifundios, sobre los que han edificado un creciente poder económico y político, manejando a su antojo las principales organizaciones empresariales, cívicas e incluso populares de las regiones orientales y del sur del país.

Hablamos de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, desde ahí, estos clanes conspiran para echar abajo al “indio presidente” e intentan armar su propio Estado, con su Parlamento y Policía propia y con el control absoluto sobre la tierras, los impuestos, la educación y los impuestos.

Según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, este centenar de familias tiene en sus manos 25 millones de hectáreas, cinco veces más que dos millones de campesinos que trabajan en otras cinco millones de hectáreas y que subsisten a duras penas en los minifundios, degradados por la sobreexplotación agrícola y la baja productividad.

Pero veamos de qué y de quiénes estamos realmente hablando.

Empecemos por Santa Cruz, en donde recientemente se ha realizado un referéndum separatista.


Santa Cruz, es la región más próspera de Bolivia y donde se concentran las tierras más fértiles, los bosques y enormes yacimientos de gas, petróleo, minerales y biodiversidad.

En esta región los clanes familiares controlan la tierra, los negocios urbanos y el poder político, hasta la prefectura y el comité cívico responden a su mandato. El poder es ejercido con fuertes rasgos de racismo en contra de los altiplánicos y al amparo de bandas fascistas.

Según los datos del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), sólo 15 acaudaladas familias disponen de medio millón de hectáreas de tierras fértiles y cercanas a los mercados, que equivalen, en superficie, a 25 veces el tamaño de toda la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, que es de 20 mil hectáreas y en las que viven un millón de personas.

Allí están los clanes de los Saavedra Buno, Monasterio Nieme, Justiniano Ruiz, Roig Pacheco, Rapp Martínez, Antelo Urdininea, Keller Ramos, Candia Mejía, Castro Villazón, Ovando, Fracaro, Sánchez Peña, Nielsen, Bauer y Elsner.

La familia Monasterios, por ejemplo, controla una superficie de tierras tres veces mayor a la ciudad de Santa Cruz. Mucha de esta tierra le fue entregada en calidad de dotación (gratuitamente) por los gobiernos militares y neoliberales, en un abierto tráfico de influencias, según la explicación del INRA y del Viceministerio de Tierras.

Otros que acumulan las tierras son los Gutiérrez (96 mil hectáreas), Paz Hurtado (76 mil), Gasser Bowles (72 mil). Los datos oficiales apuntan que tan sólo los clanes de los Guiteras, Monasterios, Leigue, Yañez, Majluf, Antelo, Asbún y Salas Abularach se han apoderado de 3,1 millones de hectáreas en Santa Cruz y Beni.

En promedio, en Bolivia, una familia de terratenientes detenta un cuarto de millón de hectáreas (250 mil) de tierra fértil, en tanto que una familia campesina apenas posee una hectárea con poca capacidad productiva.

Entre estos grandes potentados también está el clan de los Marinkovic, que poseen, sin papeles legales, más de 26 mil hectáreas en la región oriental, seis mil hectáreas más que toda la superficie de la capital cruceña.

Según el director del INRA, Cliver Rocha, la familia Marinkovic no posee los títulos de propiedad sobre las tierras que reclama como si fueran suyas, siendo ilegal su intención de alambrar 14 mil hectáreas del pueblo de los guarayos.

El clan croata de los Marinkovic ha colocado a uno de ellos, a Branco, a la cabeza del Comité Cívico de Santa Cruz, y es, junto al prefecto Rubén Costas, quien es otro racista millonario ganadero y latifundista, la cabeza visible del movimiento oligárquico.

Todos estos clanes familiares se han apoderado de las zonas más fértiles y son, literalmente, dueños de tierras, ríos, bosques, haciendas y vidas en el oriente boliviano, a pesar de los tímidos reparos de las autoridades gubernamentales

El poder de los 100 clanes, que emerge desde la tierra, se ha desarrollado en los últimos años con el creciente control y dominio que ejercen en el conjunto de la agropecuaria exportadora, la industria, la explotación sin límite de la riqueza forestal, el comercio exportador, la banca y los grandes medios de comunicación.

Los Marinkovic, por ejemplo, junto al clan de los Cronembol y dos transnacionales, una peruana y otra norteamericana, controlan toda la industria del aceite de soya y girasol, uno de los ejes del agropoder oriental. Poseen, además, casi la quinta parte de las acciones del Banco Económico, además de otros lucrativos negocios.

La ganadería cruceña está en manos de los Kuljis, Áñez y Monasterios, tanto por la magnitud de sus hatos ganaderos como por el control que ejercen sobre los mataderos, y cadenas de supermercados.

Todos ellos, por supuesto, están ligados a los gobiernos neoliberales.

Los Kuljis son accionistas del Banco Económico, propietarios de la papelera Empacar y de una gran curtiembre, dueños de la cadena televisiva red Uno y de la Universidad cruceña Mateo Kuljis.

Los Monasterios son dueños de grandes cámaras de congelación, accionistas mayores del Banco Ganadero y propietarios de la red televisiva Unitel, desde donde dirigen el mayor ataque mediático contra Morales. Los datos del INRA, muestran que la familia Monasterio poseía en Santa Cruz 78.340 hectáreas en el departamento, y en la capital tenía otras 20.505 hectáreas.

Otros que tienen gran peso en la banca son los Saavedra Bruno, que controlan casi la quinta parte de las acciones del Banco Nacional de Bolivia, el más antiguo del país.

Los informes de la Superintendencia de Bancos confirman el enorme peso que tienen los latifundistas en el paquete accionario de los bancos nacionales y muestran, además, que usan estos mecanismos para potenciar sus negocios y consolidar su poder. No extraña, por ello, que más de la mitad de los créditos otorgados por toda la banca hayan sido destinados a pequeños grupos empresariales de Santa Cruz y menos de la mitad a los otros ocho departamentos del país.

Pero por si fuera poco, todos estos clanes están fuertemente penetrados por el capital transnacional, no sólo por el origen de muchos de ellos que provienen de descendientes de inmigrantes europeos, sino también por sus articulaciones con empresas extranjeras.

No es extraño, por ello, que un tercio de la producción y exportación de soya y oleaginosas esté bajo el control de empresarios brasileños, varios de los cuales alquilan y/o compran tierras a los latifundistas bolivianos.

Otro tercio de la producción y exportación de tierras está bajo el control de empresarios argentinos y rusos y de pequeños productores menonitas y japoneses.

Todo lo anterior explica porqué los dirigentes de la oposición afincados en el poder local de Santa Cruz, se oponen a las políticas de redistribución de la riqueza en Bolivia.

Y pensar que hay quienes dicen que eso de la lucha de clases se murió...

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