FRASE DE LA SEMANA

"Estas son las horas en que no hay nadie que pueda señalar una sola persona, que haya salido perjudicada con el contenido del documento. El único perjudicado he sido yo. El TSE fue muy claro al decir que la simple expresión del pensamiento no es suficiente para imponer una sanción"

Kevin Casas, autor de un memorable documento

Empecemos por el final, porque esta es otra resolución de antología por parte del Tribunal Supremo de Elecciones, que sigue empeñado en defender lo indefendible.

Ya nos habían recetado una resolución totalmente cuestionable, en la decían que condicionar un voto a favor del sí a cambio de un aeropuerto se trataba de una “exhortación dirigida a los votantes que lo escucharon...”, y de la libertad de expresión que gozamos en el país.

Ahora nos salen con esta resolución tan jalada del pelo como la anterior.

Y es que en el colmo de los cinismos, el Tribunal Supremo de Elecciones se refiere al memorando Casas-Sánchez de la siguiente forma:

"este Tribunal estima que el documento en cuestión contiene una serie de recomendaciones de carácter político, dirigidas a la cúpula del Poder Ejecutivo para que reformulare la campaña a favor del TLC con Estados Unidos, en orden a definir una estrategia política para lograr el triunfo del Sí al TLC en el proceso de referendo.

Valga mencionar que, del análisis de los elementos probatorios recabados durante la instrucción del procedimiento, no se acreditó que el memorando se encontrara destinado a la circulación masiva. Por el contrario, en apego a la literalidad del texto, es evidente que éste obedece a una comunicación dirigida únicamente a las dos personas indicadas (Óscar Arias, presidente de la República y Rodrigo Arias, ministro de la Presidencia), según el detalle en el aparte del destinatario".

O sea, aunque el memorando es escrito por dos funcionarios públicos, dirigido a dos funcionarios públicos, en medio de una campaña tan polémica y trascendental para el país, para el TSE se trataba tan solo de una serie de “recomendaciones”...

Para ponerlo más claro, el memorando recomendaba burlar controles de mismo TSE en la campaña; amenazar alcaldes, regidores y síndicos; utilizar a los trabajadores y amenazarlos; mentir en campaña con supuestos nexos del NO con líderes políticos del extranjero... entre otra serie de aberraciones políticas y éticas.

Y a pesar de eso, el TSE dice que se trata de recomendaciones, y además sentencia que “...este Tribunal descarta que los hechos denunciados pueden tipificarse como parcialidad o participación política prohibida y deviene necesario el archivo de las presentes diligencias".

Pero a estas alturas esperar otra cosa de ese vergonzoso Tribunal, sería realmente ingenuo.

Pero sería bueno que Sobrado y compañía, se enteraran quiénes son los que realmente le hacen daño a la ya de por sí maltrecha democracia costarricense, y si se vieran al espejo podrían tener de frente a una parte de esos que violentan la institucionalidad y promueven la polarización de nuestra sociedad.

Pero volviendo a Kevin Casas.

Dice que el único perjudicado con su vergonzoso memorando es él.

¡Pobrecito don Kevin! Sólo hace falta que nos diga que hasta le tenemos que pedir perdón, pero ya eso sería ser demasiado carebarro. Bueno, a como están las cosas no se extrañen si un buen día lo exige.

Nosotros nos preguntamos, ¿será cierto que nadie salió perjudicado?

Tal vez don Kevin piense así, sencillamente porque con los ojos del poder no se logra ver nada más que dinero, buenos negocios y muchas gratificaciones narcisistas, debe ser muy bonito ser el delfín del presidente.

Pero cuando se ve desde otra óptica, uno podría preguntarse si es cierto que nadie salió perjudicado.

Y para saberlo basta preguntarse, ¿qué pasa cuando un vicepresidente, aunque fuera comunicación privada, elabora una serie de recomendaciones tendientes a crear miedo, a engañar y amenazar a los trabajadores?

Por supuesto don Kevin se no se ha preguntado qué ejemplo le da un vice presidente a un país, que ya de por sí no cree en los políticos y siente en carne viva toda la decadente represión de este sistema excluyente.

Tampoco se ha preguntando don Kevin cómo va a creer un joven en esta podrida democracia, luego de esta descarada lección de cinismo.

Porque si don Kevin se lo hubiera preguntado, y dejara de pensar que el mundo empieza y termina en su ombligo, se daría cuenta que con sus grandiosas recomendaciones dañó a gente en concreto, sí esa gente que fue efectivamente amenazada, pero peor aún, dañó a toda una generación.

Porque ¿cómo pedirle a esos miles de jóvenes, y de personas en general, que crean en su democracia de papel cada cuatro años?